Existen algunos productos electrodomésticos que tienen un excesivo consumo diario o bien que poseen funciones en modo “Stand by”.

Para garantizar que este elevado consumo se realice de manera eficiente es que existe la certificación de “Eficiencia Energética”, buscando optimizar la relación entre la cantidad de energía consumida y lo que se obtiene de ella.

Esta eficiencia del consumo de un electrodoméstico se señaliza en el producto mediante una etiqueta de Eficiencia Energética que indica la clase de eficiencia que se puede obtener del producto (A, B, C, etc.)

Los productos que actualmente requieren este tipo de certificación son: heladeras, lavarropas eléctricos, acondicionadores de aire, lámparas, balastos, televisores, motores eléctricos, hornos microondas, y calentadores de agua eléctricos (termotanques).